En septiembre, Calonge y Sant Antoni se convierte en el corazón de la vendimia, una época que no solo es clave para la producción de vino, sino que también es una muestra viva de resistencia y pasión vitivinícola.
La importancia de la tierra
Como bien sabéis, Calonge es conocido por su larga tradición vitivinícola, que se remonta a la época medieval. Durante el siglo XIX, la filoxera devastó viñedos, pero los viticultores locales demostraron una gran capacidad de resistencia, replantando las viñas con variedades más adaptadas. En la década de 1980, en un momento en que la viña estaba en declive, un grupo de viticultores decidió recuperar esta tradición, apostando por la calidad y la diversificación de las variedades de uva.
El terruño de Calonge es uno de los principales activos de sus vinos. Las viñas se encuentran en terrenos de sauló, con un microclima particular gracias a la proximidad del mar y la protección de las montañas. Esta combinación permite la producción de uvas con una acidez equilibrada y una gran expresividad aromática. Los viticultores locales han sabido aprovechar estas condiciones para crear vinos únicos, que reflejan la singularidad del paisaje empordanés.
Variedades autóctonas e innovación
Aquí se cultivan tanto variedades autóctonas como internacionales. Entre las autóctonas, destacan la garnacha y el samsó (carinyena), que aportan estructura y carácter a los vinos. Y en cuanto a las forasteras, se han introducido variedades como el merlot, el cabernet sauvignon y el chardonnay, que se han adaptado bien al terruño y complementan las variedades locales, enriqueciendo la diversidad de los vinos producidos.
Los viticultores de Calonge se consideran guardianes de una tradición milenaria que han sabido mantener viva a pesar de las adversidades. Sus vinos son una expresión de la resistencia y la pasión por la tierra, y han conseguido el reconocimiento tanto en nuestro país como en el extranjero.
Viticultores de resistencia y tradición
El compromiso con la calidad y el respeto por el medio ambiente son valores clave en la producción vinícola de esta zona, convirtiendo los vinos de Calonge en un referente del vino catalán. Estos profesionales, comprometidos con la tierra, han sabido preservar viñas antiguas y adaptarse a los nuevos tiempos sin perder la esencia que hace único el vino de esta región.
Los vinos de Calonge son el resultado de un trabajo intenso y de una profunda conexión con la naturaleza. Son vinos que expresan la singularidad del territorio, con cepas que han resistido enfermedades y fenómenos meteorológicos extremos. Cada botella es un homenaje a la tierra, al clima y al trabajo incansable de nuestros viticultores.
La Vendimia: un momento de celebración
La vendimia es mucho más que la cosecha de la uva, es una fiesta que involucra a toda la comunidad. Es el momento en que se recogen los frutos de todo un año de trabajo, y se hace con cuidado para asegurar que cada uva aporte su máximo potencial al vino que se producirá.
Durante este período, nuestro municipio acoge visitas guiadas a las viñas y bodegas, donde se puede conocer de cerca este proceso tan especial. Además, las catas de vinos y las jornadas de puertas abiertas ofrecen una oportunidad única para entender mejor la riqueza y la diversidad de nuestros vinos.